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(12 feb. 1768, Florencia–2 mar. 1835, Viena, Austria).

Último emperador del Sacro imperio romano germánico (1792–1806); como Francisco I, emperador de Austria (1804–35); como Francisco, rey de Hungría (1792–1835) y rey de Bohemia (1792–1835). Sucedió a su padre, Leopoldo II, como emperador en 1792. De pensamiento absolutista, odiaba el constitucionalismo, por lo que apoyó la primera guerra de coalición contra Francia (1792–97). Dos veces derrotado por Francia, convirtió a Austria en un imperio (1804) poco después de que Napoleón I se coronara emperador de Francia. Como Napoleón decretó la disolución del Sacro imperio, Francisco abdicó en 1806. Aunque despreciaba a Napoleón, razones de Estado lo obligaron a casar a su hija María Luisa con este en 1810. Contribuyó a destruir el poderío militar de Napoleón en varias batallas en 1813–14. Después del Congreso de Viena (1815), apoyó a su primer ministro, Klemens, príncipe von Metternich, a establecer un sistema político conservador y restrictivo en Alemania y Europa.

(19 ene. 1544, Fontainebleau, Francia–5 dic. 1560, Orleans).

Rey de Francia (1559–60). Era hijo de Enrique II y Catalina de Médicis. En 1558 se casó con María Estuardo (luego María I Estuardo), pariente de la poderosa casa de Guisa. Enfermizo y débil de voluntad, fue dominado durante todo su breve reinado por los Guisa, quienes intentaron utilizarlo para quebrantar el poder de los hugonotes. Su muerte prematura puso fin temporal al dominio de los Guisa. Fue sucedido por su hermano, Carlos IX.

(16 ene. 1836, Reino de Nápoles–27 dic. 1894, Arco, Italia).

Rey de las Dos Sicilias (1859–60), último rey de Nápoles de la casa de Borbón. Sucedió a su padre, Fernando II, en 1859 y al momento de ascender al trono rechazó las propuestas hechas por el conde Cavour, para que se uniera a Piamonte-Cerdeña en la guerra contra Austria e introdujera reformas liberales cuando aquella concluyera. Alarmado por la invasión de Sicilia encabezada por Giuseppe Garibaldi en 1860, cedió ante los liberales y restableció la constitución de 1848 en su reino, decretó la libertad de prensa y prometió nuevas elecciones. Sin embargo, fue demasiado tarde para salvar la monarquía. Las fuerzas borbónicas fueron derrotadas por Garibaldi y menos de un mes más tarde el rey fue depuesto por un plebiscito. Vivió luego exiliado en Roma y París.