Estilo arquitectónico originado a fines del s.
XVI en Italia y que perduró en algunas regiones, particularmente en Alemania y América del Sur colonial hasta el s. XVIII. Tuvo sus orígenes en la Contrarreforma, en un esfuerzo manifiesto de la Iglesia católica por atraer a los fieles apelando a sus emociones y sentidos por medio del arte y la arquitectura. Se favorece el uso de plantas arquitectónicas de formas complejas, a menudo basadas en el óvalo y en la oposición dinámica e interacción de los espacios, para realzar la sensación de movimiento y sensualidad. Otras de sus cualidades características son la grandeza, el dramatismo y el contraste (especialmente en iluminación), lo curvilíneo y con frecuencia la disposición vertiginosa de tratamientos lujosos de las superficies, elementos helicoidales y estatuas doradas. Los arquitectos utilizaban con toda libertad colores brillantes y cielos vívidamente pintados que crean ilusiones ópticas. Se destacan en Italia Gian Lorenzo Bernini, Carlo Maderno (n. 1556–m. 1629), Francesco Borromini y Guarino Guarini (n. 1624–m. 1683). En Francia, la arquitectura barroca se vio opacada por los elementos clásicos. En Europa central, aunque el barroco llegó tardíamente, floreció en las obras de arquitectos como el austríaco Johann Bernhard Fischer von Erlach (n. 1656–m. 1723). Su impacto en Gran Bretaña puede apreciarse en las obras de Christopher Wren. El estilo barroco tardío es con frecuencia llamado estilo rococó y en España y América hispana, se lo conoce como estilo churrigueresco.
Enciclopedia Universal. 2012.