Circulación del carbono a través de la naturaleza en la forma de elemento químico simple y de sus compuestos.
La fuente de carbono en los seres vivos es el dióxido de carbono (CO2) presente en el aire o disuelto en el agua. Las algas y las plantas verdes (productoras) utilizan CO2 en la fotosíntesis para formar carbohidratos, los cuales a su vez son utilizados en los procesos del metabolismo para elaborar todos los otros compuestos en sus tejidos y aquellos de los animales que los consumen. El carbono puede pasar a través de varios niveles de herbívoros y carnívoros (consumidores). Los animales, y en la noche las plantas, devuelven el CO2 a la atmósfera como un subproducto de la respiración. En los desechos de los animales y en los cuerpos de los organismos, el carbono es liberado como CO2 en una serie de pasos, por la descomposición de organismos (descomponedores), principalmente bacterias y hongos. Algo de carbono orgánico (restos de organismos) se ha acumulado en la corteza terrestre en combustibles fósiles, piedra caliza y coral. El carbono de combustibles fósiles, removido del ciclo en tiempos prehistóricos, está siendo devuelto en vastas cantidades como CO2 por medio de procesos industriales y agrícolas, acumulándose parte en los océanos como carbonatos disueltos, y parte permaneciendo en la atmósfera (ver efecto invernadero).
Enciclopedia Universal. 2012.