En el derecho inglés, extinción de los derechos civiles y políticos a raíz de la sentencia de muerte o de proscripción, generalmente luego de la condena por traición.
La privación de derechos por esta causa se imponía mediante un acto legislativo conocido como estatuto de proscripción. Sus consecuencias más importantes eran la confiscación de bienes y la "corrupción de sangre, lo que significaba que el proscrito no podía heredar ni transmitir bienes, con lo que se desheredaba a sus descendientes. En el s. XIX se abolieron todas las formas de privación de los derechos civiles y políticos, salvo la confiscación de bienes tras una acusación de traición. Como consecuencia de la experiencia inglesa, la constitución de EE.UU. dispuso que "la proscripción no dará lugar a la confiscación de bienes o a la corrupción de sangre, salvo en vida del proscrito. La Corte Suprema de EE.UU. también ha rechazado, por considerar actos de proscripción, los juramentos de fidelidad aprobados después de la guerra de Secesión para impedir el ejercicio de algunas profesiones a los simpatizantes de la confederación.
Enciclopedia Universal. 2012.