Aleación de hierro que contiene 2 a 4% de carbono, junto con silicio, manganeso e impurezas como azufre y fósforo.
Esta aleación se produce reduciendo mena de hierro en un alto horno (el hierro fundido es químicamente equivalente al hierro del alto horno) y luego vaciando (ver colada) el hierro líquido en moldes para obtener pequeños lingotes (lingotillos) de arrabio. El arrabio se refunde en hornos de cubilote, junto con chatarra y elementos de aleación, y se vuelve a vaciar en moldes para obtener una variedad de productos. En los s. XVIII y XIX, el hierro fundido era un material industrial más barato que el hierro forjado (ya que no requería mayor refinación ni forja a martillo). Es más frágil y carece de resistencia a la tracción. Su resistencia a la compresión hizo que fuese el primer metal estructural importante. En el s. XX, el acero lo reemplazó como material de construcción, pero el hierro fundido sigue teniendo aplicaciones industriales en los bloques de motores de automóviles, en piezas agrícolas y de máquinas, en tuberías, baterías de cocina, estufas y hornos. La mayor parte del hierro fundido es llamado fundición gris o fundición blanca, llamados así por los colores que presentan al fracturarse; la fundición gris contiene más silicio, es menos dura y más maquinable que la fundición blanca. Ambas formas son frágiles, pero pueden hacerse maleables con un termotratamiento prolongado. El hierro fundido maleable fue obtenido por primera vez en Francia en el s. XVIII y luego desarrollado en EE.UU. como un producto industrial. El hierro fundido dúctil fue inventado en 1948 y hoy se usa ampliamente para engranajes, matrices, cigüeñales de automóviles y muchas otras piezas de maquinaria.
Enciclopedia Universal. 2012.