Derecho de la República e Imperio de Roma.
El derecho romano ha influido en la evolución del derecho de la mayor parte de la civilización occidental. Abordaba materias como la sucesión por causa de muerte (o sucesiones), obligaciones (incluidos contratos), bienes (incluso esclavos), y personas. La mayoría de las leyes eran aprobadas en asambleas en que dominaban las familias patricias (ver patricio), pero también eran importantes las sentencias dictadas por los magistrados. Los emperadores posteriores pasaron por alto estas modalidades y dictaron sus propios decretos. Las interpretaciones de los juristas también adquirieron el valor de ley. Aunque hubo varios intentos por reunir y simplificar las leyes existentes (a partir de la ley de las Doce Tablas), el esfuerzo más exitoso fue con mucho el de Justiniano I, cuyo código reemplazó todas las leyes anteriores y constituyó el legado jurídico del imperio. (ver código de Justiniano). En los países que se rigen por el sistema de derecho civil, el procedimiento legal romano es la base del derecho procesal moderno. A comienzos de la República, el demandante debía citar al demandado ante el tribunal o llevarlo a comparecer por la fuerza. El magistrado decidía entonces si el caso debía remitirse al judex, que era un lego destacado. El judex escuchaba los alegatos de los abogados e interrogaba a los testigos; emitía una sentencia, pero carecía de facultades para hacerla cumplir. Hacia fines de la República se entregaron mayores atribuciones a los magistrados y a los tribunales; las citaciones eran emitidas por el tribunal, los juicios sólo podían tener lugar ante un magistrado y los tribunales fueron responsables de la ejecución de la sentencia.
Enciclopedia Universal. 2012.