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Continente del hemisferio occidental.

El cuarto continente más grande del mundo, limita con el mar Caribe al noroeste, con el océano Atlántico al nordeste, este y sudoeste, y con el Pacífico al oeste. Está separado de la Antártida por el paso Drake y está unido a América del Norte por el istmo de Panamá. Superficie: 17.858.520 km² (6.895.210 mi²). Población (est. 2002): 350.977.000 hab. Cuatro grandes grupos humanos han poblado América del Sur: los indígenas, habitantes precolombinos del continente; españoles y portugueses, quienes dominaron el continente desde el s. XVI hasta comienzos del s. XIX; los africanos traídos como esclavos, y los inmigrantes llegados de ultramar con posterioridad a la independencia, mayoritariamente alemanes y europeos del sur, así como libaneses, sudasiáticos y japoneses. El 90% de la población es cristiana, en su gran mayoría católica. El español es el idioma oficial en la región con excepción de Brasil (portugués), Guayana Francesa (francés), Guyana (inglés) y Surinam (holandés); también se hablan varias lenguas aborígenes. América del Sur tiene tres regiones geográficas principales. En el oeste, la cordillera de los Andes, con gran actividad sísmica, que se prolonga a lo largo del continente. El monte Aconcagua, que se eleva a 6.959 m (22.831 pies), es la cumbre más alta del hemisferio occidental. Las tierras altas se extienden al norte y al este, limitadas por las cuencas sedimentarias de las tierras bajas que incluyen el río Amazonas, la hoya hidrográfica más grande del mundo, y la Pampa del centro-sur de Argentina, cuyas tierras fértiles constituyen una de las zonas agrícolas más productivas de América del Sur. Otras hoyas hidrográficas importantes son los ríos Orinoco y São Francisco y el sistema Paraná-Paraguay-Río de la Plata. El 80% de América del Sur se ubica en el trópico, pero también tiene regiones climáticas templadas, áridas y frías. Menos del 10% de la tierra es cultivable; sus productos principales son el maíz, el trigo y el arroz, y cerca del 25% se utiliza como pastura permanente. Alrededor de la mitad está cubierta por bosques, principalmente por la enorme selva de la cuenca del Amazonas, que disminuye en forma sostenida. Casi un 25% de todas las especies animales conocidas viven en los bosques lluviosos, mesetas, ríos y pantanos del continente. América del Sur tiene un 16% de los yacimientos de hierro del mundo y un 25% de las reservas de cobre. La explotación de estos y otros numerosos recursos minerales son importantes para la economía de muchas regiones. Los cultivos comerciales incluyen bananas, frutos cítricos, azúcar y café; la pesca es importante a lo largo de la costa del Pacífico. El narcotráfico (casi todo de exportación) es una fuente importante de ingreso en algunos países. La mayoría de las naciones sudamericanas tienen economías de libre mercado o mixtas (empresas estatales y privadas). La distribución del ingreso tiende a ser muy desigual; hay un gran número de pobres y un pequeño grupo de familias acaudaladas, con una clase media que, aunque va en aumento, sigue en minoría en la mayoría de los países. Se cree que fueron cazadores y recolectores asiáticos los primeros colonos en llegar al continente hace aproximadamente 12.000 años. El crecimiento de la agricultura a partir de c. 2500 BC (había comenzado unos 6.000 años antes) dio paso a un período de rápida evolución cultural, cuyo máximo desarrollo ocurrió en la región de los Andes centrales y culminó con el Imperio inca. La exploración europea comenzó cuando Cristóbal Colón, en su cuarto viaje (1498), desembarcó en las costas sudamericanas; más adelante aventureros (ver conquistadores) españoles y portugueses abrieron el continente para saquearlo y luego colonizarlo. De acuerdo con los términos del tratado de Tordesillas, Portugal recibió la parte oriental del continente, mientras que España recibió el resto. Los indígenas fueron diezmados en este encuentro, y la mayoría de los que sobrevivieron fueron reducidos a una especie de servidumbre. El continente se liberó del dominio europeo a inicios del s. XIX, con excepción de las Guayanas. La mayoría de los países adoptaron formas de gobierno republicano, sin embargo, las desigualdades económicas y sociales o disputas fronterizas provocaron revoluciones periódicas en muchos de ellos. Ya a principios del s. XX, varias naciones habían caído bajo alguna forma de dominio autocrático. Todas se incorporaron a las Naciones Unidas después de la segunda guerra mundial (1939–45) y a la OEA (Organización de los Estados Americanos) en 1948. En la segunda mitad del s. XX, la mayoría de los países había comenzado a integrar sus economías en los mercados mundiales, y en la década de 1990 casi todos habían adoptado un régimen de gobierno democrático. Este proceso de democratización ha impulsado la creación de espacios de cooperación mutua, como son la Comunidad Andina y el Mercosur.

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