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Y
I

sustantivo femenino LINGÜÍSTICA Vigésima sexta letra del alfabeto español y vigésima primera de sus consonantes.
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II
(Del lat. et.)
conjunción copulativa
1 Indica unión o agrupación de palabras u oraciones:
vino su padre y se lo llevó; disfruto del aire y del sol.
2 Se usa como refuerzo o énfasis situada al principio de cláusula o período sin enlace con ninguna palabra o frase anterior:
¡y yo que me lo creí todo!
3 Indica repetición indefinida, reiteración:
llevo horas y horas esperándote.
4 Se usa como interrogación para preguntar por una circunstancia, estado o lugar en que se encuentra una persona o cosa:
¿y el coche?, ya está arreglado; ¿y tu familia?, bien, gracias.

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y1 f. Vigesimosexta letra del alfabeto. Se la llama «i griega» o, raramente, «ye». Letra griega correspondiente, ípsilon (Υ, υ). En final de palabra o, en palabras extranjeras, en final de sílaba, suena como «i». En otro caso, es una consonante palatal africada sonora y se articula de manera semejante a la «ch», pero con más amplio contacto entre la lengua y el paladar y la punta de aquélla aplicada naturalmente a los dientes inferiores, aunque esto no es necesario. En algunas regiones españolas, especialmente en Andalucía, zonas de Toledo y en algunas hispanoamericanas, tiene sonido semejante al de la «j» francesa y antigua castellana; esto da lugar en Hispanoamérica a una discriminación de sonidos en palabras que, escritas en español unas veces con «y» y otras con «hie», se pronuncian siempre igual; por ejemplo, mientras «hierba» se pronuncia a la española, «yerba» (la hierba mate), escrita así, con «y», se pronuncia con esta letra al estilo de la «j» francesa. ⇒ Yeísmo.
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y2 (del lat. «et») conj. Sirve para unir palabras o frases en relación de coordinación copulativa. ⇒ Apénd. II, expresiones copulativas. ➢ E.
V. «y bien, y eso qué, ¡y tanto!, y tantos más, y tantos otros».
Notas de uso
Lo mismo que las otras conjunciones de esta clase, puede enlazar no solamente oraciones, sino elementos de una misma oración que hacen el mismo papel con respecto al verbo; por esta circunstancia, la sustitución de la oración única por tantas oraciones como elementos hay de esa clase es siempre factible: ‘traigo rosas y claveles’ equivale a ‘traigo rosas y traigo claveles’. A veces, «y» tiene sentido *consecutivo: ‘Tengo muchos años y sé más del mundo que tú’; sobre todo cuando una de las oraciones es afirmativa y la otra negativa: ‘Conocía al capataz y no se fiaba de él’. También tiene a veces sentido *adversativo: ‘Está cansado y (y sin embargo) se empeña en seguir’; sobre todo en frases interrogativas: ‘¿Dices que sabes tanto y no sabes esto?’ En algunos casos tiene valor *concesivo: ‘Ande yo caliente y ríase (aunque se ría) la gente’. ⇒ Et, que no.
Se pone «y» entre dos adjetivos aplicados a un mismo nombre o delante del último si son más de dos; igualmente, entre dos complementos del verbo o delante del último si hay varios: ‘Era blanco, rubio y de ojos azules. He estado en Madrid, Valencia y Barcelona’. Sin embargo, lo mismo puede emplearse en el uso de esta conjunción la figura retórica llamada «asíndeton», suprimiéndola incluso delante del último de los términos coordinados, que la figura «polisíndeton», repitiéndola delante de todos ellos para dar énfasis a la acumulación: ‘Es perezoso, ladrón, descarado... no sé qué hacer con él. Estoy aburrido, y molido, y fastidiado, y con ganas de echarlo todo a rodar’.
En estilo moderno, tiende a descargarse de íes la frase, suprimiéndola tanto delante de un adjetivo que puede considerarse aplicado al total de la expresión que le precede, incluidos en ella otro u otros adjetivos, como a un complemento en caso semejante. Se diría en la actualidad más frecuentemente «planta tropical del género del cañacoro, de fruto comestible», que «planta tropical del género del cañacoro y de fruto comestible».
A veces, se pone «y» al principio de una expresión, de modo que, aparentemente, no enlaza ésta con nada. Se puede suponer que el enlace se realiza mentalmente con algo pensado o dicho antes o por otra persona: ‘Y no tardes. ¡Y no me habías dicho nada!’. A veces, no es tan fácil suponer un antecedente tácito y la «y» debe considerarse como una partícula expletiva; como en ‘¿y todavía no ves la torre del pueblo?’ o en ‘¿y dejas, pastor santo,...?’.
Se usa también expletivamente en lenguaje hablado informal entre una interjección y el complemento de ella: ‘¡Caramba y qué niña!’.
Delante de palabras que empiezan por «i», la conjunción «y» se transforma en «e». Pero no se hace así en los casos en que «y» está al comienzo de la frase interrogativa: ‘¿e hiciste eso?’, y no ‘¿y hiciste eso?’; si el choque de íes le resulta incómodo al que habla, deberá buscar otro giro. Tampoco suele sustituirse delante de un nombre propio: ‘Son las doce y Irene no está aquí’. Ni delante de la «i» de un diptongo: ‘y hiende’ y no ‘e hiende’.
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y3 (del lat. «ibi»; ant.) adv. Representaba el mismo papel que «y» en francés, con el significado de «*allí»: ‘Todos los otros que y son’. Esta «y» subsiste como partícula pospuesta en «hay».

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y3. (Del lat. ibi). adv. l. desus. allí.
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y1. f. Vigésima octava letra del abecedario español, y vigésima quinta del orden latino internacional, que representa un fonema consonántico palatal y sonoro. Su nombre es i griega o ye. En algunas áreas importantes, como el Río de la Plata, se articula generalmente con rehilamiento. Cuando es final de palabra se pronuncia como semivocal; p. ej., en soy, buey. La conjunción y se pronuncia como consonante cuando la palabra anterior termina en vocal y la siguiente empieza también en vocal; p. ej., en este y aquel; representa a la vocal i si está entre consonantes, p. ej., en hombres y mujeres; y adquiere valor de semivocal o semiconsonante cuando forma diptongo con la última vocal de la palabra anterior, p. ej., en yo y tú, o con la primera vocal de la palabra siguiente, p. ej., en parientes y amigos. ORTOGR. Estas variantes fonéticas no modifican la grafía de la conjunción y.
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y2. (Del lat. et). conj. copulat. U. para unir palabras o cláusulas en concepto afirmativo. Si se coordinan más de dos vocablos o miembros del período, solo se expresa, generalmente, antes del último. Ciudades, villas, lugares y aldeas. El mucho dormir quita el vigor al cuerpo, embota los sentidos y debilita las facultades intelectuales. || 2. U. para formar grupos de dos o más palabras entre los cuales no se expresa. Hombres y mujeres, niños, mozos y ancianos, ricos y pobres, todos viven sujetos a las miserias humanas. Se omite a veces por asíndeton. Acude, corre, vuela. Ufano, alegre, altivo, enamorado. Se repite otras por polisíndeton. Es muy ladino, y sabe de todo, y tiene una labia... || 3. U. a principio de período o cláusula sin enlace con vocablo o frase anterior, para dar énfasis o fuerza de expresión a lo que se dice. ¡Y si no llega a tiempo! ¿Y si fuera otra la causa? ¡Y dejas, Pastor santo...! || 4. Denota idea de repetición indefinida, precedida y seguida por una misma palabra. Días y días. Cartas y cartas.

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La Y es la vigésimo sexta letra del alfabeto español y es la vigésimo primera consonante. Su nombre es i griega o ye.

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GEOMETRÍA Símbolo con que se designa el eje de las ordenadas en el sistema de coordenadas cartesianas.
MATEMÁTICAS Símbolo con que se representa la segunda incógnita en un sistema de ecuaciones.
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METROLOGÍA Símbolo de la admitancia.
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QUÍMICA Símbolo químico del itrio.

Enciclopedia Universal. 2012.