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► Comunidad autónoma de la España meridional. Está formada por las provincias de Almería, Granada, Málaga, Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz. Su extensión es de 87 268 km2 con un total de 7 305 117 h. La capital es Sevilla. Está situada en la zona más meridional de la Península Ibérica y separada de la Meseta por Sierra Morena. En su relieve se diferencian tres grandes unidades morfoestructurales: Sierra Morena al N, los Sistemas Béticos al S y la depresión del Guadalquivir en el centro. Los ríos pertenecen en su mayoría a las cuencas del Guadalquivir (que es el más importante) y del Guadiana. Clima mediterráneo templado-cálido, con una marcada sequía estival y numerosas variedades subregionales. La vegetación es un reflejo de los matices climáticos, con predominio de árboles esclerófilos de hoja pequeña (encinas y alcornoques). Una gran parte de la población andaluza vive concentrada en las capitales de provincia, especialmente en Sevilla, Málaga —beneficiada por el turismo de la Costa del Sol— y Cádiz. Económicamente, la comunidad andaluza es una región preferentemente agrícola, con un alto porcentaje de la población dedicada al sector primario. Predomina el cultivo de secano (olivo, cereales, vid, almendro). Regadío en el valle del Guadalquivir y cultivos especializados en Málaga, Granada y Almería. El monocultivo y el latifundismo son características tradicionales del campo andaluz. Las consecuencias de esta estructura agraria han sido un régimen de cultivos extensivos con bajos rendimientos por hectárea y pocas innovaciones tecnológicas. Todo ello se traduce en un alto porcentaje de paro agrícola y la consiguiente emigración de la población andaluza, hecho que alcanzó su máximo nivel en la década de 1960. En ganadería, produce ganado porcino, cabrío y ovino. Destacan también los toros de lidia y el ganado caballar. Es importante el sector pesquero y la actividad minera en Huelva, Jaén, Córdoba y Granada. Las principales industrias se concentran en la Andalucía occidental y están relacionadas con la transformación de productos agrícolas y mineros. La industria andaluza representa un bajo porcentaje en el total de la producción española y es poco relevante en cuanto a la creación de empleo. El único sector económico que tiene un crecimiento sostenido es el terciario. Los servicios, gracias al turismo, producen más de la mitad de la riqueza en la región. En este aspecto destaca la Costa del Sol, sobre todo la provincia de Málaga, una de las zonas más activas de Andalucía desde el punto de vista económico.
► HISTORIA Hacia el año 1000 a C los fenicios establecieron en la costa andaluza una serie de factorías dedicadas al comercio de los metales y a la industria del pescado (Gadir, Almuñecar, Abdera). Entre los años 1000 y 500 a C se organizó, en el valle del Guadalquivir, el reino de Tartessos, estado monárquico y militar que floreció gracias al comercio y la agricultura y que sucumbió en el s. VI a C ante los cartagineses, que utilizó la zona como freno a la expansión de Roma. Ésta se impuso tras vencer en la Segunda Guerra Púnica, lo que significó la ocupación y reorganización romana del territorio andaluz, que se convirtió en la provincia senatorial de la Bética y formó, junto a Lusitania, la Hispania Ulterior. La romanización supuso un profundo cambio en la estructura socioeconómica andaluza: se impuso un modelo de sociedad urbano, se potenció la comunicación entre campo y ciudad con un extenso y complejo entramado viario, y se consiguió un notable desarrollo de la minería, las conservas y la explotación de la madera, la vid y el olivo. Posteriormente, el territorio andaluz fue dominado por visigodos, bizantinos y musulmanes. La llegada de éstos a la Península Ibérica, por territorio andaluz, se produjo mediante las expediciones de Tārik y Musà (711). En pocos años los musulmanes dominaron la práctica totalidad de la Península, que se convirtió en al-Andalus, de donde deriva el propio nombre de Andalucía. Hasta fines del s. X, al-Andalus disfrutó de un gran desarrollo económico y artístico pero, tras la desaparición de Almanzor (s. XI), se inició un proceso de disgregación que desembocó en los reinos de taifas. La falta de unidad política facilitó el camino a las invasiones de pueblos llegados del norte de África (almorávides, almohades), así como el avance de los reinos cristianos del norte, que en el s. XIII habían reducido a los musulmanes al reino nazarí de Granada. Este último enclave sucumbió en 1492, año que marca el fin de la presencia musulmana en la Península Ibérica. Ya en la Edad Moderna, Sevilla se benefició enormemente del mercado colonial americano: todas las entradas y salidas se realizaban a través de la Casa de Contratación en ella establecida. A lo largo del s. XVIII se confirmó la crisis del mercado americano. Bandoleros y contrabandistas se multiplicaron en tierras andaluzas como reflejo del grave problema social que representaba la gran concentración de la propiedad, el absentismo de los propietarios y el excesivo número de jornaleros. Esta deficiente estructura social y económica se mantuvo a lo largo del s. XIX, empujando al campesinado andaluz a la adopción de ideologías radicales (anarquismo) y a la lucha armada para conseguir sus objetivos. En 1936 la anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo (CNT) se movilizó para formar el Frente Popular. Pero la guerra iniciada ese año y el régimen en que desembocó dejaron sin resolver la asignatura pendiente de una reforma agraria que pusiera fin a los problemas tradicionales de la sociedad andaluza. Andalucía aprobó su Estatuto de Autonomía el 17 de diciembre de 1981. La institución fundamental del gobierno andaluz es la Junta de Andalucía, formada por el Parlamento, el Consejo de Gobierno y el presidente de la Junta. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha sido la primera fuerza política desde el inicio de la autonomía. El primer presidente fue Rafael Escudero, elegido en mayo de 1982. Le sucedió en 1984 José Rodríguez de la Borbolla, quien a su vez fue relevado por Manuel Chaves en 1990, reelegido en 1994, 1996, 2000 y 2004.
► BELLAS ARTES Aunque en épocas precedentes hubo en la región andaluza manifestaciones artísticas de diversa índole, fue a partir de la invasión musulmana cuando empezó la edad de oro del arte andaluz. En arquitectura, la mezquita de Córdoba, la ciudad-palacio de Medina Azahara, la Giralda de Sevilla y la Alhambra de Granada son espléndidas muestras del vigor que mantuvo el arte hispanoárabe a lo largo de varios siglos. En el s. XVI, el arte conoció un nuevo desarrollo bajo la influencia de Castilla e Italia. Se unieron frecuentemente plateresco y mudéjar en la construcción, mientras en la escultura dominaban los maestros italianos. En pintura, el estilo renacentista se introdujo de la mano de Alejo Fernández. Durante el s. XVII el arte cristiano andaluz vivió el máximo esplendor, con arquitectos como Alonso Cano y B. S. de Pineda. En pintura, artistas de la talla de Velázquez, Zurbarán y Murillo se lanzaron a un realismo que abandonaba el amaneramiento anterior. Las importantes obras de José M. Rodríguez Acosta y Julio Romero de Torres significaron la transición al s. XX. En él han destacado escultores como Juan Haro (n. 1926) y Aurelio Teno (n. 1927); en pintura, Andalucía ha conocido el genio creador de Pablo Picasso, pero también figuras de la talla de Rafael Botí, Pedro Bueno, Ginés Parra, Rafael Zabaleta y Vicente Vela. Entre la última generación cabe citar, entre otros, a José Hernández, Juan Martínez, y Chema Cobo, que han desarrollado la figuración heredada de sus predecesores, y José M. Bermejo, Gerardo Delgado y Alfonso Albacete, influidos por una abstracción de procedencia norteamericana. Un retorno al realismo se da en Daniel Quintero, Asunción Molina, Cristóbal Toral y Antonio Maya, entre otros.
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Comunidad autónoma (pob., 2001: 7.357.558 hab.) y región histórica del sur de España.
Ocupa una superficie de 87.599 km2 (33.822 mi2); su capital es Sevilla. La cruzan cordones montañosos, entre los que se encuentran la Sierra Morena y la Sierra Nevada; su principal río es el Guadalquivir. Andalucía tiene una larga historia de poblamiento: por fenicios (en la actual Cádiz, 1100 BC), cartagineses (480 BC) y romanos. El nombre árabe Al-Andalus fue originalmente aplicado por los moros a toda la península Ibérica. Cuando la dinastía omeya estableció su corte en Córdoba, esta zona se convirtió en el centro intelectual y político de la península. Retornó a manos de los españoles en 1492 y permaneció como una provincia hasta que, en 1833, fue dividida en las actuales ocho provincias. Región que destaca por su minería y agricultura, Andalucía también posee playas a lo largo de la Costa del Sol, de gran atractivo para la industria del turismo.
Enciclopedia Universal. 2012.